Ya sea que estés pasando por momentos de angustia, momentos de gran gozo o simplemente quieres saber quién es Jesucristo, debes de empezar por saber los siguientes 4 puntos:
Ya sea que estés pasando por momentos de angustia, momentos de gran gozo o simplemente quieres saber quién es Jesucristo, debes de empezar por saber los siguientes 4 puntos:
Por que de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo ungénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16
El plan original de Dios era que estemos cerca de Él y al final de nuestra vida estemos con Él en la eternidad.
Por que la plaga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23
Los seres humanos nos hemos alejado de Dios, quebrantamos sus mandamientos y pretendemos vivir a nuestra manera sin saber que cada día nos apartamos más de su plan original. Todos, sin excepeción, hemos cometido pecados y estamos separados de Dios por la barrera del pecado, sin que podamos hacer nada para remediarlo.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8
Gracias a Dios, nuestro problema de pecado ha sido resuelto por El Señor Jesús. Él murió en nuestro lugar. Un ejemplo para entender esta verdad:
Un rey muy justo y bueno dijo esta ley: Si alguien roba, para pagar su pecado de robo debe dar un ojo. Después de un tiempo en el reino no había rateros, aunque había uno que otro tuerto. Un día, el primer ministro vino al rey y le dijo: Hemos hallado al príncipe tu hijo robando, dinos que hacer oh rey justo y bueno. El rey no podía faltar a la ley que él mismo había decretado, así que, dijo: “Traigan a mi hijo, yo mismo haré justicia”. Trajeron a su hijo atado de pies y manos. El rey sacó su propio puñal y ante sus ministros, el rey sacó su propio ojo, el suyo, el de él mismo y poniéndolo sobre una charola de plata, dijo: Ahí está el ojo, suelten a mi hijo, su falta ha sido pagada.
La muerte de Cristo fue la sustitución de su vida por la nuestra. Él ocupó nuestro lugar para que nosotros podamos estar en la vida eterna.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo. Apocalipsis 3:20
El sacrificio del Señor es una realidad, pero no es automático para todo ser humano. La oferta de vida eterna está ahí, pero nosotros debemos aceptarla.